14/4/16

Pelea de almohadas

Guerra de almohadas 72

PODER DESESTRESANTE

Esto de estar estas vacaciones de semana santa todos juntitos, mis hijos mayores todo el día con la palabra aburrimiento en la boca, peregrinando por todos los parques de la ciudad…..

He acabado un pelín estresada, porque, encima, el padre de las criaturas, no ha parado de trabajar.

Así que algo tenía que hacer para sacar todo el nervio que tenía en mi interior, y una manera divertida fue hacer una guerra de almohadas.

Surgió sin más, estaba haciendo las camas, vino el mayor y ZASCA!, almohadazo que le di, y él se rio y seguimos la peleilla. Cada uno con una almohada, y viva la fiesta!!!



Tampoco le dejé KO, como a esta pobre criatura, jajajaja.

Luego se unió el mediano, y ahí la gozamos. Dijimos que no valía hacer daño, NO NO!!, y nos reimos mucho.

Se animaron y ya me pidieron luchar: “venga mamá, que tu sabes, que has tenido dos hermanos mayores y te sabes defender muy bien!!”.

Así que haciendo Wresting cual Jonh Cena (esto lo he aprendidio porque se han hecho un álbum de estos luchadores…).



Todavía más risas, y: “mamá ahora me toca a mi, pelea conmigo!!”.

Nos pasamos el rato riendo, y yo sacando todo el estrés de mi cuerpo. Me quedé como nueva.

Si, diréis que soy muy brutica, pero es lo que tiene el ser la pequeña de tres hermanos.

No penséis que estoy criando a unas malas bestias, estos hijos míos son unos buenazos y no llegan a las manos; más bien pongo orden antes de que pueda llegar ese momento.

Acabó la cosa bien, no hubo piques ni malas caras; creo que nos vino genial soltar energía a todos.

En Babycenter hay un post sobre mamás estresadas que está muy bien:

MAMÁS ESTRESADAS: SEÑALES Y SOLUCIONES

Cuando del manejo del estrés se trata, la vida de mamá es un acto de malabarismo. Sin haber tenido el adiestramiento que tienen los profesionales del circo, intentas mantener en el aire innumerables tareas importantes, ¡y parece que a veces te aceleran la música!
La crianza infantil en sí misma conlleva múltiples tareas interminables que para muchas mamás resultan abrumadoras. A mamá le corresponde, no solo ocuparse de su bienestar personal, sino del de sus hijos, y en muchos casos también de la administración del hogar y de ocupaciones laborales fuera de casa. Aún en las mejores circunstancias, a diario toda mamá enfrenta cambios y problemas, sean menores o mayores. Y, ¿conoces a alguna mamá a quien le sobre tiempo o ayuda?

Efectos y ejemplos

El estrés es una reacción natural a presiones físicas, emocionales y ambientales. Además, toda la familia se perjudica cuando el estrés de mamá está fuera de control, especialmente los niños pequeños. Se ha demostrado que hasta los fetos responden alterados cuando la madre siente estrés. Y bajo la influencia del estrés, la mejor mamá puede descuidar o maltratar a sus hijos.
Según crecen, los niños aprenden de los adultos cómo manejar su propio estrés. Por lo tanto, reconozcamos las señales y síntomas de nuestro estrés, y aprendamos a aplicar soluciones sanas que nos permitan evitar sus efectos dañinos y disfrutar el maravilloso malabarismo de la maternidad.

Señales y síntomas en tu cuerpo

-Tu ritmo cardiaco y respiratorio, presión sanguínea y tensión muscular suben.
-Tu proceso digestivo y tu resistencia a las enfermedades bajan.
-Tu digestión cambia (acidez, estreñimiento, diarrea, etc.).
-Tu patrones de sueño cambian (insomnio, pesadillas, etc.).
-Tu nivel de energía fluctúa (agotamiento, agitación, etc.).
-Tu menstruación se irregulariza.
-Dolores, achaques, infecciones y enfermedades surgen o se empeoran.

Señales y síntomas en tu cabeza

-Sientes ansiedad, tensión, nerviosismo, preocupación excesiva, temores, temblores e incapacidad de relajarte.
-Sensaciones de depresión, desilusión, tristeza, apatía, culpa excesiva e incapacidad de disfrutar.
-Sentimientos de irritabilidad, ira súbita y enojo constante.

Señales y síntomas en tu conducta

-Descuidas tu apariencia personal.
-Descuidas tus obligaciones y responsabilidades.
-Dificultades para concentrarte, recordar, tomar decisiones y resolver problemas.
-Dejas lo empezado sin terminar.
-Te aíslas de familiares y amistades.
-Discutes y peleas con tus seres queridos.
-Dejas de practicar pasatiempos placenteros.
-Comes de más, incluso cuando no tienes hambre.
-Aumentas el consumo de cafeína, nicotina, alcohol, u otras substancias.
-Desarrollas hábitos nerviosos, tales como comerte las uñas y crujir los dientes.
-Tratas de escapar pasando horas ante la TV, el teléfono celular y la computadora.
Una vez reconoces la presencia de indicadores físicos, sicológicos o conductuales del estrés en tu sentir, pensar y actuar, es hora de responder. Como resistencia, a continuación te ofrecemos varias docenas de respuestas relajantes, las cuales han servido a otras mamás a manejar y reducir su estrés.

Soluciones: cuerpos sanos y mentes sanas

-Aliméntate sanamente.
-Ejercítate diariamente.
-Evita el cigarro y el alcohol.
-Haz algo para mejorar tu apariencia.
-Trata de aumentar el optimismo y la flexibilidad en tu personalidad.
-Expresa tus emociones de maneras constructivas.
-Escribe sobre lo que te estresa.
-Pasa tiempo a solas frecuentemente.

Soluciones: relajación y recreación

-Toma descansos durante el día.
-Respira profundamente desde el vientre.
-Aprende a tensar y relajar tus músculos.
-Visualiza imágenes mentales positivas.
-Medita o reza regularmente.
-Regálate con ejercicios o masajes.
-Toma baños calientes.
-Baila, escucha y toca música.
-Admira o crea arte.
-Practica deportes y juegos de mesa.
-Pasa tiempo con pasatiempos (jardinería, manualidades, etc.).
-Escoge sabiamente lo que lees en libros y en Internet.
-Mira programas y películas relajantes o inspiradoras.

Soluciones: perspectiva y punto de vista

-Vive "un día a la vez", es decir, enfócate en el presente.
-Elige por qué vale la pena afanarte.
-Acepta lo que no puedes cambiar.
-Distingue entre lo que necesitas y lo que deseas.
-Perdónate y tente paciencia.
-Motívate y felicítate por tus logros.
-Cuando falles, aprende para la próxima.
-Remplaza mensajes negativos por positivos.
-Busca lo gracioso o absurdo en las cosas.
-Sonríe frecuentemente, incluso cuando te cueste hacerlo.
-Cuenta tus bendiciones.
-Prepárate para lo peor (por si acaso), pero espera lo mejor.

Soluciones: planificación y organización

-Anticipa preparada las horas del día más ocupadas.
-Haz lo desagradable antes de lo placentero.
-Evita que las tareas crezcan o se acumulen.
-Divide las tareas grandes en pedazos manejables.
-Desarrolla eficiencia, adelantando y agrupando tareas.
-Delega lo más posible.
-Usa calendarios y libros de citas. Podrás encontrar varias aplicaciones móviles que te ayudan a organizarte.
-Permite tiempo de sobra para citas.
-Lleva libro o tareas para periodos de espera.
-Utiliza listas realistas.
-Establece prioridades.
-Di "No" a las responsabilidades opcionales.
-Organiza tu hogar.
-Reemplaza o arregla lo que no funciona.

Soluciones: apoyo y ayuda

-Rodéate de personas de influencia calmante.
-Desahógate con personas de confianza.
-Crea una red de sostén entre familiares y amistades.
-Alterna con otras familias cuidado infantil, transporte, mandados, y cosas por el estilo.
-Toma clases para padres de familia.
-Procura recursos de agencias, escuelas e iglesias en tu comunidad.
-Consulta psicólogos y terapeutas profesionales cuando los necesites.

Si cada día pones en práctica por lo menos una de estas recomendaciones, te sentirás menos estresada y más realizada. El estrés es parte de la vida de toda mamá, así que reconócelo, redúcelo, ¡y 
relájate!


Y vosotras, ¿estáis estresadas?, ¿qué hacéis para desestresaros?

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